La diferencia entre comunicarse e informarse: ¿crea internet guetos y afianza las desigualdades?
Comunicarse o expresarse en las redes no implica informarse.
Hay expertos que afirman que las redes fomentan los guetos o grupos cerrados debido a que tendemos a filtrar a nuestros contactos por afinidad. Encerrarnos en guetos nos desinforma, ya que perdemos la perspectiva global y tendemos a pensar –erróneamente– que lo que muestra nuestra pantalla refleja e interpreta de forma suficiente cuanto sucede en nuestro entorno.
Además, hay quienes no usan las redes con fines informativos, sino únicamente para expresarse o comunicarse con un limitado grupo de personas. De hecho, aun teniendo muchos amigos en Facebook u otras redes, los algoritmos se encargan de mostrarnos solo las publicaciones de un reducido número de contactos, casi siempre los mismos, privándonos de relacionarnos espontáneamente con el resto.
Sufrimos de este modo un aislamiento informativo que nos aporta una visión parcial de las cosas. Creemos estar sometidos a una "sobreinformación" continua, pero es una falsa sensación: en lugar de sobreabundancia de información, lo que habitualmente recibimos es un bombardeo de mensajes. No conviene confundir información y comunicación, pues son conceptos bien distintos. Podemos no dejar de comunicarnos, pero ello en absoluto va a garantizar que estemos bien informados.
Este riesgo se agrava si los escasos espacios informativos que nos limitamos a leer en la red, y normalmente sin pasar del titular, se reducen a un puñado de fuentes cortadas bajo un idéntico sesgo editorial. Esto seguramente afianzará nuestras ideas preconcebidas y nos aislará aún más de conocer otras visiones posibles de la realidad, empobreciendo nuestro criterio y capacidad de opinar (y, por ende, de decidir) en lugar de enriquecerlo con elementos de juicio que nos aporten nuevas perspectivas, que no tenemos que compartir necesariamente.
Informativamente hablando, este nuevo paradigma sobre el flujo de la información y los hábitos comunicacionales, unido a una creciente fragmentación de las audiencias ante el aumento de canales y soportes comunicativos, está aportando cambios muy sustanciales respecto a la uniformidad que, hasta hace muy pocos años, lograban trasladar eficazmente a la opinión pública los tradicionales medios de comunicación de masas o mass media.
Adicionalmente, el ámbito tecnológico abre posibilidades inéditas que pasan por permitir que cualquier ciudadano se convierta en emisor de información ocasional, no solo desde el texto de un blog, sino con avanzadas capacidades multimedia desde cualquier terminal móvil. Desde niños llevamos ya un "smartphone" en el bolisillo o disponemos de una tableta equipados con videocámaras de alta definición conectadas a Wi-Fi o 4G. Y aplicaciones como Periscope, Meerkat o Bambuser están tomando ventaja de ello y nos convierten en potenciales reporteros ciudadanos capaces de emitir en directo desde cualquier lugar y en cualquier momento.
Todo ello, trasladado al ámbito político, tiene unas implicaciones y consecuencias ciertamente complejas, determinadas por las relaciones aisladas que vayamos tejiendo en las redes sociales, y que determinarán el prisma a través del cual acabamos percibiendo nuestra particular visión de la realidad.
Al hilo de todo esto, han captado mi interés las reflexiones de Natalie Fenton en una entrevista concedida al profesor de Comunicación español Joan Pedro y que recientemente publicaba ctxt.es. Se refieren a cómo las redes pueden contribuir a crear corrientes culturales y políticas contrahegemónicas.
Fenton es profesora y codirectora del departamento de Medios y Comunicación en la Goldsmiths University de Londres. Codirige también dos centros de estudios e investigación sobre medios y democracia. Su conclusión la resume el titular de la entrevista: "Internet crea guetos políticos entre los que ya están bien informados; afianza las desigualdades que existen offline".
El pluralismo informativo redunda en una mejor democracia, eso nadie lo pone en duda. Pero podemos cuestionarnos si el uso actual de las redes sociales está fomentando ese deseable pluralismo informativo o, bien al contrario de lo que pudiéramos pensar, nos aleja de él.
Abierto el debate, ¿qué piensas tú?