Ver para creer: Apple te oculta que sus gafas con IA pueden controlar tu cerebro
Podríamos caer en la ingenuidad de pensar que las nuevas Vision Pro de Apple son unas simples gafas de realidad virtual (VR) que se limitan a mostrarnos una capa de información sobre el entorno que perciben nuestros ojos.
Grave error.
Según las primeras informaciones, Apple oculta intencionadamente que este "gadget" dispone de numerosos biosensores, e interactúa más con el cerebro del usuario que con la realidad exterior.
Es lo que se conoce como "neurofeedback", lo que las convertiría en una interfaz "brain-to-machine" (cerebro-máquina) más similar a un complemento de los implantes cerebrales transhumanistas de Neurolink (la compañía de Elon Musk) que a unas simples gafas 3D.
No se trata de especulaciones, sino de constataciones, a partir de lo que han empezado a confirmar sus desarrolladores.
Debajo enlazo las detalladas explicaciones de uno de ellos, que muestra su orgullo por cómo las gafas pueden predecir el comportamiento de un usuario observando la dilatación de sus pupilas.
Pero no se limita a eso: la IA que integra el dispositivo diagnostica el "estado mental" del individuo, su estado cognitivo y estado de ánimo, monitorizando el movimiento ocular, la actividad eléctrica del cerebro, el ritmo cardíaco, la actividad muscular, la densidad sanguínea en el cerebro, la presión arterial o la conductancia de la piel, entre un intrigante "etc".
Con tanta información personal de los "wearables" siendo transmitida en tiempo real a las corporaciones, invadiendo nuestra privacidad hasta límites inimaginables, muchos se están planteando esta pregunta: ¿podemos enfrentarnos a los riesgos de la biometría sin una regulación previa?
Ahora, sumemos a estas interfaces "cyborg" los riesgos inherentes que ya conocemos de la IA generativa, y quizá empecemos a ser los seres más vulnerables del planeta.
Más allá del friquismo que nos producen estos artilugios, merece la pena dedicarles cierta reflexión pausada antes de incorporarlos a nuestra vida cotidiana (aunque su prohibitivo precio de 3.500 dólares ya será un impedimento de por sí para una gran mayoría).
Con unas gafas 3D, engañamos a nuestro cerebro con el juego y la ficción. Ahora pasamos a sumergirnos en una "realidad mixta" en la que expondremos nuestros sentidos a percepciones virtuales con una apariencia netamente real, sin poder discernir los límites. ¿Listos para vivir en la Matrix?
Recordemos que, hace unos años, se prohibió el uso público de las Google Glasses por razones de privacidad y seguridad (distracción). No alcanzo a entender cómo las Vision Pro de Apple piensan sortear aquellos impedimentos, añadiéndole además todo lo mencionado.
Sterling Crispin, que trabajó durante tres años y medio en el equipo desarrollador de las Vision Pro, relata en Twitter ciertos detalles que han trascendido públicamente sobre las flamantes gafas de realidad aumentada de Apple, y son la punta del iceberg, ya que el resto de características son estrictamente confidenciales, es decir "secretas", por el acuerdo de confidencialidad NDA que la compañía exige firmar a los desarrolladores.
Ese secretismo se mantiene ante el consumidor cuando Apple presenta el producto y oculta todas estas características, lo cual es más que cuestionable ética y comercialmente.